miércoles, 3 de noviembre de 2010

VOLVER

No es una película de Almodóvar, pero podría serlo. Mujeres de mirada perdida, ataviadas con rocambolescas vestiduras, de frenopática actitud, con rencor en sus miradas, hombres machistas con tendencias homosexuales, antiguas costumbres y arcaicas ceremonias religiosas, barrios comunes con calles incomprensibles, taxistas desmadrados y pendencieros, una sociedad viviendo el presente, soñando con el futuro pero atados al pasado, una ciudad que bulle por sí misma y por los demás, olor a café entrecomillado, ruido enervante y luces brillantes 24 horas, dromedarios fichados como camellos, caminantes suicidas y conductores adheridos al claxon, comida rápida y barata, mercados de saldo y timo, tiendas con todo y nada, gatos elegantes que usan tenedor...contenedor, refugiados fugados, árboles torcidos sin nidos, polvo viviente y arenas movedizas, asistentas machacadas y señoritas extranjeras, plantaciones de bolsas negras y setos de vasos de plástico, carreteras torcidas con rectitud hacia nada y hacia donde quieras, souvenir típico de cualquier parte y de ninguna, humo de doble manzana, carne pinchada en un palo, perros durmiendo en el arcén, ruinas que te arruinan, paseos imaginarios, constelaciones silenciosas y hogueras beduinas, fútbol parabólico, agentes relajados y agentes relajantes, pan ácimo y té inglés, banderas en lo alto y críticas por lo bajo, bautizos históricos, bodas reales y un mar que nació muerto, piedras desordenadas, tesoros hundidos y barcos flotantes, vecinos molestos, vecinos muy molestos, deuvedés piratas y cassettes distorsionadas...

Volver. Volver a casa. Jordania, mi casa, mi hogar. Con lo bueno en su justa medida y lo malo en la que venga, sin rencores. Me acoge con suavidad, con un catarro de bienvenida, aclimatación lo llaman.
Todo parece nuevo pero no lo es. Reconozco cada lugar, cada recuerdo, cada momento, cada estímulo tiene una etiqueta en mi memoria, aunque sea de pez.
Como un niño con zapatos nuevos que se dice, así me siento. Contento, ilusionado, emocionado con la vuelta a casa. Aunque tenga fecha de caducidad y el avión me esté esperando aparcado en doble fila, lo voy a disfrutar. Como la primera vez, como siempre. Urdun al qalbi, Jordania en mi corazón.

1 comentario:

  1. Empiezas a saco!! qué heavy eres!! pero qué razón tienes... me quedo con "banderas en lo alto y críticas por lo bajo"
    Miki

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